Libertad
Libertad,
cállate la boca. Aquí tú no pintas ná.
Nosotros sabemos mucho de las cosas
cuándo, dónde, porqué y lo demás.
Tú no eres dueña de la tierra del hombre
huye, corre, vete de aquí.
Esto no es cosa tuya
ni nuestra dónde vas a vivir.
Libertad,
qué ricos son tus pucheros, mujer,
tráeme el pan. ¿Te duele aún?
Dos horas hace ya que pariste
¿y sigues llorando?
Tú no mandas en este jardín.
Es de tu marido, el de ultramar.
Cuando venga él, ya nos dirá.
Libertad,
te escucho pero no te oigo.
Los ladridos de los perros
son más fuertes que tu voz.
No tengas miedo, mujer.
Reza mucho y coge ese tren.
No vaya a ser que sea el último.
Ay, qué bien ha quedado la cocina
cuarenta veces fregada en la noche.
No te pienses, me duele más a ti que a mí.
Eres tú mejor que cien.
Oye,
¿es que estás loca?
¿Cómo dejas a tus hijos
bañarse en el río en invierno?
Libertad,
ese nombre habrá que cambiarlo.
Esa boda no sirve, habrá que repetirla.
Esa melena está sucia, habrá que cortarla.
Esa boca que contesta, habrá que cerrarla.
No vaya a ser que los hombres piensen mal.
No vaya a ser que los hombres piensen.
Libertad,
Vaya por Dios, mira que venir de tan lejos.
Como si no tuviéramos aquí buenas mujeres,
criadas con nuestras cecinas,
labradas con nuestras azadas.
Toma,
este cadáver que te devolvemos,
dio su vida por nuestras conquistas,
por nuestras medallas,
por esas tierras de las que te desahuciamos.
Libertad,
júntate con Soledad.
Entre las dos preparáis la mortaja.
Cosed bien,
que la que cose sin dedal, cose poco y mal.
*****
Libertad,
no llores tanto.
No es para ponerse así.
Levántate,
tienes la cama todavía sin hacer.
La intelectual.
Llevas ropa de persona cutre.
Tienes pies de cutre, piel de cutre, eres cutre, ¿lo sabes?
píntate un poco.
¿Es que nunca te vas a arreglar?
Libertad,
qué pena que seas tan joven.
Seguro que no tienes lo que hay que tener.
¿Ves? Ya lo sospechábamos.
Libertad, ¡pero bueno!
no llores tanto.
La vida ya es de por sí difícil,
no te la compliques más.
*****
Sol
Bajas la mirada
y ves tus pasos. Son los pasos de otros.
Sigue lloviendo en el arcoíris tenue de la neblina.
La tierra se anega en una promesa.
Bajo las suelas de tus botas
duermen semillas de futuro.
Sin sed uno no se sacia.
Está ahí.
Entre el todo y la nada.
Entre la historia y la hoguera.
Entre las semillas que duermen y las ramas que florecen.
Y yo. Que no soy yo.
Soy el eco de las voces antiguas que me han traído hasta aquí.
Fuerza de las rocas en las que han tropezado.
Frío de las aguas en las que se han ahogado.
Alas llenas de plumas con las que han volado
antes que yo.
Antes que yo.